La vida en el pueblo huele a siestas lentas, al sol sobre los tejados y a la brisa que sacude la ropa tendida. A chapoteos en el río. A colonia fresquita después de la ducha. A lavanda, rosa y jazmín mezclándose con el frescor del limón y el verde del olivo.
Es verano en un rincón tranquilo, donde no hay glamour a la vista pero cada saludo en la calle cuenta, y el tiempo parece detenerse debajo de la sombra de un árbol. Una absoluta postal sensorial para transportarte a esos veranos lentos y llenos de autenticidad. ¿Estás lista para encender el verano más nostálgico?
Intensidad media. El nivel de intensidad de un aroma siempre es relativo y se percibe de forma subjetiva por cada persona. Lo indicamos tan solo como guía comparativa.