El puerto está casi en silencio, testigo de cómo regresa un hombre que partió desolado. Durante años, el mar ha sido su refugio y su castigo: testigo de cartas no escritas, palabras que se quedaron en la garganta y un amor que nunca pudo abandonar del todo.
Pero ahora la brisa trae un frescor marino limpio y profundo, mezclado con un dulzor dorado, cálido, lleno de pasión. Ahora él está a la altura de todo y de todos.
Es un aroma cálido y envolvente, con esa suavidad ambarina que abriga el pecho casi tanto como una sola mirada de la persona correcta. Una mirada que nos deja entre la agonía y la esperanza
y no podemos hacer otra cosa que rendirnos.
Intensidad media/alta. El nivel de intensidad de un aroma siempre es relativo y se percibe de forma subjetiva por cada persona. Lo indicamos tan solo como guía comparativa.