LORENZO ARRIBAS, JOSEMI
Tras ser silenciada casi ocho siglos, la figura de la mística, poeta, filósofa, naturalista y compositora Santa Hildegarda de Bingen fue rescatada del olvido para manifestarse como una de las mujeres más poderosas e influyentes del medioevo.
Su biografía fue encargada por los abades Ludwig de Trier/Tréveris y Gottfried de Echternach al monje Theoderich. Este, que no había llegado a conocerla, insertó en su escrito un texto biográfico elaborado por el también monje Gottfried, que había sido secretario de Hildegarda. La obra resultante presenta algunas deficiencias pero es muy valiosa siempre que se tenga en cuenta la religiosidad del autor así como el mensaje que quería transmitir a los lectores.
Hildegarda nació en Bermersheim en 1098 y fue la décima hija de un matrimonio de la nobleza local. Sus padres Hildebert von Bermersheim y Mechtild decidieron consagrarla a Dios como diezmo y la recluyeron en el monasterio de San Disibodo bajo la tutela de una monja llamada Jutta que le enseñaría latín básico y teología. Hildegarda, delicada y enfermiza, desde los seis años aseguró ver cosas fuera de lo normal y decidió compartir su secreto con Jutta, quien supo encontrar la forma de tranquilizarla ya que, según el biógrafo de la maestra, esta también vivía episodios similares. Las experiencias místicas de Hildegarda se prolongarían durante toda su vida llegando a expresar sus conocimientos en forma de visiones. Si bien esto puede causar extrañeza en la actualidad, debe tenerse en cuenta que, tal y como señala Margaret Alic en El legado de Hipatia: El afirmar que uno tenía visiones era cosa frecuente en el siglo XII , y siguió siendo un recurso literario durante siglos.