Día y noche, a la luz de la ventana o de las velas, te posee ese ansia por saber, por conocer, por entender la filosofía, el arte, las letras, el mundo
Hemos soñado con caminar apresuradamente por los pasillos de piedra de Oxford para llegar a la siguiente clase, con conversaciones acaloradas entre cervezas sobre cualquier cosa, con ese profesor en chaqueta de tweed que nos hace sentir especiales y merecedores entre retratos centenarios, presentes en el sitio preciso y el momento adecuado, partes de esa pequeña élite que hará todo por el saber y por qué no, también por el hedonismo. Olvidemos las tecnologías, ¿acaso no tenemos la biblioteca de la historia del mundo a nuestro alcance?
Una esencia amaderada, terrenal y empolvada, con notas de madera de cedro, pequeñas flores, cuero, sándalo y papel; y puede que cierres los ojos y creas sentir los libros, lienzos y esculturas a tu alrededor.
Intensidad alta.
