LAMELA, BRAIS
(1)
Negueira de Muñiz es un pequeño pueblo situado al este de la provincia de Lugo. Su futuro se vio truncado por la
construcción de un embalse que dejó al pueblo aislado, cuando no anegado, obligando a más de la mitad de sus habitantes
a participar en el Plan de Colonización de la Terra Chá. Bajo la migración forzada, dejaron sus tierras por otras
extrañas y en ocasiones, sufrieron el despotismo del régimen. Décadas después, un estudiante gallego trabaja en Nueva
York en una tesis doctoral sobre estos poblados de colonización. Bajo el peso de documentos, y de un sofocante verano
investigará sobre el destino de los desterrados, y en especial sobre el de una mujer que desapareció del poblado
sin dejar rastro.
No queda nadie es un lúcido ejercicio arqueológico sobre la pesquisa en las ruinas de la memoria. Construida entre la
ficción y la realidad, y erigida sobre dos grandes bloques simétricos, hilvana con perspicacia los tiempos y espacios de
nuestro pasado y presente. Todo para indagar, con una intuición sorprendente, sobre las huellas dejadas en los lugares
que habitamos.
No queda nadie
Galicia, me huele a mar brava a tierra húmeda, a emigración, morriña, meigas y fantasía. No es mal lugar para contar esta historia de éxodos, de abandono de las tierras de esta zona tan rural.
El tema no es nuevo, la expropiación de las tierras de los ciudadanos para hacer pantanos, para aprovechamiento del agua y la producción de energía eléctrica. La inundación de las tierras y los pueblos.
Este sistema se utilizó en la península durante la segunda mitad de siglo XX, el caso valenciano más cercano, el del pueblo de Loriguilla.
El protagonista y narrador, trabaja en una tesis sobre el tema de estas nuevas poblaciones, donde fueron asentados, los pueblos sumergidos. El poblado colonial se llama A Terra Cha
Becado por una universidad americana, nos cuenta su vida en Nueva York,(otro gallego desubicado ) donde va buscando datos del plan de colonización de las aldeas gallegas que fueron ayudados por ingenieros y servicios americanos, ayudando al régimen franquista en los años 50.
La primera parte trata de cómo tuvieron que dejar sus tierras y sus montañas, para acabar en una llanura, en una colonia prefabricada, alquilada para producir leche y ganadería y entrar en el mundo del capital. Es una investigación de los hechos y repercusiones que sufrieron los pobladores, el cambio radical de sus vidas, la triste salida, resignados formaron parte de un experimento que solo superaron en la siguiente generación.
Como toda buena obra, también tiene su parte de ficción y la novela sigue los pasos de una desaparecida que fue expulsada injustamente de la colonia.
La segunda parte (excelente) es un viaje al pueblo de Ernes, ahora que es accesible por la construcción de una pista, ahora habitados por los llamados jipis, antes de que se llamaran ocupas. Y descubrimos la incógnita de la desaparecida, de paso llegamos a conocer al padre del narrador. personaje que borda el final de esta novela.
Concluyo que después de leer novelas con temas de más o menos interés, con tramas rebuscadas y tópicas, repetición de desenlaces. Considero que la novela de Brais Lamela, es una soplo de aire fresco que ahonda en el ser humano y su lucha constante por su tierra, sus raíces y su historia. L.B.M.
No queda nadie
Galicia, me huele a mar brava a tierra húmeda, a emigración, morriña, meigas y fantasía. No es mal lugar para contar esta historia de éxodos, de abandono de las tierras de esta zona tan rural.
El tema no es nuevo, la expropiación de las tierras de los ciudadanos para hacer pantanos, para aprovechamiento del agua y la producción de energía eléctrica. La inundación de las tierras y los pueblos.
Este sistema se utilizó en la península durante la segunda mitad de siglo XX, el caso valenciano más cercano, el del pueblo de Loriguilla.
El protagonista y narrador, trabaja en una tesis sobre el tema de estas nuevas poblaciones, donde fueron asentados, los pueblos sumergidos. El poblado colonial se llama A Terra Cha
Becado por una universidad americana, nos cuenta su vida en Nueva York,(otro gallego desubicado ) donde va buscando datos del plan de colonización de las aldeas gallegas que fueron ayudados por ingenieros y servicios americanos, ayudando al régimen franquista en los años 50.
La primera parte trata de cómo tuvieron que dejar sus tierras y sus montañas, para acabar en una llanura, en una colonia prefabricada, alquilada para producir leche y ganadería y entrar en el mundo del capital. Es una investigación de los hechos y repercusiones que sufrieron los pobladores, el cambio radical de sus vidas, la triste salida, resignados formaron parte de un experimento que solo superaron en la siguiente generación.
Como toda buena obra, también tiene su parte de ficción y la novela sigue los pasos de una desaparecida que fue expulsada injustamente de la colonia.
La segunda parte (excelente) es un viaje al pueblo de Ernes, ahora que es accesible por la construcción de una pista, ahora habitados por los llamados jipis, antes de que se llamaran ocupas. Y descubrimos la incógnita de la desaparecida, de paso llegamos a conocer al padre del narrador. personaje que borda el final de esta novela.
Concluyo que después de leer novelas con temas de más o menos interés, con tramas rebuscadas y tópicas, repetición de desenlaces. Considero que la novela de Brais Lamela, es una soplo de aire fresco que ahonda en el ser humano y su lucha constante por su tierra, sus raíces y su historia. L.B.M.