MANGUEL, ALBERTO
Cuando a comienzos de este siglo Alberto Manguel instaló su biblioteca de casi 35.000 volúmenes en un viejo presbiterio de piedra en una aldea del Valle del Loira, pensó que al haber encontrado sus libros acomodo, él también, errante viajero, había hallado finalmente su lugar en el mundo. Pero no fue así. La vida le desdijo, y sus libros están ahora guardados en cajas en un guardamuebles en Montreal.
Eco inverso del texto de Walter Benjamin, " Mientras embalo mi biblioteca " es casi un manifiesto, un gesto vehemente frente a la amenaza de olvido que supone vaciar los estantes, deshacer ese orden aleatorio y conocido que el autor de tantos textos sobre el placer de la lectura ha convertido en su particular mapa intelectual.
Pero el libro no nace de la resignación, sino que, como cuenta Alberto Manguel en esta " Elegía y diez digresiones " , reivindica con lucidez y sabiduría la biblioteca que sigue existiendo en la cabeza del lector, la sacralidad de la palabra y los juegos de asociaciones y memorias que los libros encerrados producen.
Una nueva aventura para el lector en la pluma del autor que, reconocido este año con el Premio Formentor, ha visto recompensada la ausencia de su biblioteca personal con el encargo de dirigir, desde el mes de junio del pasado año, la Biblioteca Nacional de Argentina.