TORO BALLESTEROS, SARA
Los poemas de Cierta edad son ajenos al transcurso del calendario y, aunque son hijos de su tiempo, tienen la virtud de ser leídos en el futuro y seguir siendo cómplices.
Solo el tiempo envejece las cosas. Las maltrata o las bendice. Se mide en la experiencia del cuerpo, el espacio o el devenir de la naturaleza en relación con el mundo, con los otros o con una misma.
La edad es una convención que no debería tener número, es algo incierto, únicamente dictado por las maneras de vivir y la sanción natural que dibuja el deterioro y el conocimiento.
Los poemas de Cierta edad son ajenos a ese transcurso del calendario que deja las cosas atascadas en el pasado y, aunque son hijos de su tiempo, tienen la virtud de poder ser leídos en el futuro y seguir siendo cómplices.