FERNÁNDEZ AGUDO, CARMEN
Los personajes que circulan por este libro surgen de un imaginario personal muy influido por mis experiencias y vivencias teatrales. Pero también dentro de esta obra podemos encontrar una bombilla, una lata, un tarro o unas cerillas. Hay un acercamiento a la poesía visual, donde cada objeto, cada imagen, funciona como decorado, como parte del juego y el azar, como un espacio ilusorio e irreal.
No todo es lo que parece. Ocultos en la cotidianidad de estos grabados se esconden el absurdo, el humor, y por qué no, la greguería. Es esta ironía de las imágenes reconocibles la que establece un juego con el lector, y la que conduce por caminos de ilusión y sombra, de blanco y negro. Los personajes son reconocibles y sus acciones portadoras de una entrañable expresividad gracias a la técnica del grabado con linóleo, que permite un leguaje de trazos personales, espontáneos, que crean una historia de encuentros y desencuentros entre la imagen y la palabra.