AA.VV
A lo largo de muchos años fue una de las caras más famosas de la televisión y un personaje mediático muy admirado. Realizó sus primeros trabajos profesionales como pianista, pero rápidamente su rostro angelical, preparación y alegría, le granjearon un lugar en los programas de repercusión del momento. Pilar lo tenía todo. Deslumbraba con éxito y luz propia, pero de repente desapareció de la pequeña pantalla y de los medios de comunicación. Lo ocultaba verdaderamente bien, pero estaba muy enferma. Tras una durísima bulimia se escondía un auténtico drama y una horrible soledad. Una noche, volviendo a casa en un taxi de una Gala de televisión en directo, perdió el conocimiento por inanición. Esta vez le produjo una bajada de potasio mortal y se despertó agonizando en una camilla del hospital de la Princesa de Madrid. Aquella noche, tuvo una experiencia próxima a la muerte de la que casi no vuelve, y allí se encontró con la imagen de Jesús crucificado. Esta visión fue la que le dio la fuerza, le devolvió la vida y abrió la puerta de su fascinante Conversión