LAURA MÍNGUEZ VALDÉS
¿Qué hacen los habitantes de la Estación Espacial Internacional en sus horas de asueto? ¿a qué dedicaban su tiempo de descanso los chavales embarcados en las tres carabelas que surcaron el océano sin saber cuándo ni dónde aparecería tierra firme? ¿Qué haría durante cuarenta y seis años Juana de Castilla encerrada en Tordesillas por voluntad de otros? Un encierro elegido tiene el horizonte y la certeza del punto final, lo que no evita el tedio ni el aburrimiento, pero la clausura por necesidad nos vuelve tarumbas cuando ya no sabemos cómo enredar.
El virus se nos comió una primavera, nos forzó a cambiar las obligaciones de sitio y nos regaló tiempo libre que algunos aprovecharon para ordenar armarios y limpiar trasteros, leer, ver series y cocinar pan; otros decidieron tirar de artes y desempolvaron sus guitarras o aporrearon pianos, dibujaron o escribieron un diario.
El ARTE ha llenado nuestro espíritu cuando ya no queríamos hacer otras cosas. Y no ha sido sólo un recurso: ha venido a decirnos que, en esos momentos de forzada intimidad casera, teníamos licencia para crear. Cada uno a su manera, quizá, cada día de manera diferente.
El confinamiento también tuvo su faz positiva.
Laura Mínguez Valdés, nacida en Almoradí (Alicante), es licenciada en Hª del Arte y en Derecho y máster en Práctica Jurídica.
Catedrática de Secundaria, ha sido docente de EEMM, de la Escuela Internacional de Protocolo y de la UMH de Elche. Ha trabajado en Formación del Profesorado y en programas de Itinerarios Histórico-Artísticos. Colaboró en la redacción de las guías didácticas de la muestra La luz de las Imágenes organizada en el ámbito de la Comunidad Valenciana.
Firme defensora de la educación -en el sentido latino de conducir a cada uno según sus capacidades- y de la curiosidad como su instrumento y herramienta imprescindible, ha impartido conferencias y ha publicado artículos con los que ha tratado de estimular las emociones ante lo bello de la creación humana, desacralizando lo culto y acercando el ARTE a quienes lo contemplen desde el lenguaje asequible de lo cotidiano.
