MAJOR, AURELIO
El doble sentido, la palabra cifrada, la sonoridad en eco, el humor, la paronomasia, el equívoco y la elipsis, la lítotes y la reticencia llegan como signo de atención requerida. Lenguas. Estratos. Quien escribe no habla. Quien lee no solo escucha. Pródromo, síntoma de un malestar. El poema no cura, enuncia soledad, desconoce si halla compañía. Aurelio Major, un ser de atención, dejó que estos poemas cuajaran media vida. Leerlos es paladear ojos, oído la textura del tiempo. No hay aroma ahí.
Olvido García Valdés
Me gusta que me sorprenda con lo no previsible, que su sabiduría y su humor, no inocente, ofrezca y quite perspectivas, que tras las puertas que abrimos no atropelle lo obvio. El lector deberá estar a la altura y cumplir su parte, exigir lo que Major está raramente capacitado para lograr: operar oportunos, intencionados cambios en los lugares comunes que obligarán a su lector a detenerse a saborearlos. Un buen lector agradecerá que se cuente con su inteligencia, que se lo quiera de la partida. ¿De cuál? De los que sospechan que la poesía puede no ser un infinito monótono y parecido a sí mismo.
Ida Vitale
En este libro asombran la reticencia, la increíble sonoridad, la ironía y la tensión entrelazadas de tal manera que nunca pierden la forma exacta que las contiene.