BRENDA GLAFIRA ROCHA MONARREZ
Hasta no hace mucho había temas prohibidos en el teatro para niños y público joven. Las fantasías dejaban un manto de ilusión sobre la vida verdadera; niños y adultos carecían de escenarios para reflexionar con frescura, riesgo y valor, sobre un mundo que, inevitablemente, siempre termina por avasallar a la mirada infantil con su inevitable crudeza.