ZAZO, DANIEL
Esto no es un desafío a lo sagrado,
todo lo que aquí figura
procede de la inhóspita región
donde se anuda la carne y el espíritu,
del punto exacto en el que se desvanece
la escuálida frontera
entre la mística
y la pulsión erótica
y donde no siempre se deja claro
el inicio del tiempo de la parusía
y el lugar que reclama para sí el orgasmo.
No hay provocaciones gratuitas
ni una burda ofensa a las creencias,
detrás de estos versos
se alberga una honesta intención:
sacralizar lo profano
sin profanar lo sacro.